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Llega la hora de protegerte antes de verano. Qué son los betacarotenos y cuál es su función en la piel.

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¿Qué son los betacarotenos?

Los betacarotenos son pigmentos naturales que se encuentran en muchos alimentos, como las zanahorias, los tomates y las espinacas. Una vez que se ingieren, los betacarotenos se convierten en vitamina A en el cuerpo, lo que ayuda a mantener la piel sana y protegida. La vitamina A también es importante para la renovación de las células de la piel y para mantener la piel hidratada.

¿Cuál es el papel de los betacarotenos en la piel?

Los betacarotenos tienen un efecto antioxidante en la piel, lo que significa que pueden ayudar a protegerla de los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden dañar las células de la piel y provocar la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento. Al tomar betacarotenos, se aumenta la cantidad de antioxidantes en el cuerpo, lo que puede ayudar a prevenir y reducir estos daños.

Además, los betacarotenos también pueden ayudar a mejorar la apariencia de la piel al estimular la producción de melanina. La melanina es un pigmento natural que da color a la piel y la protege de los rayos ultravioleta (UV) del sol. Al aumentar la producción de melanina, los betacarotenos pueden ayudar a proteger la piel de los daños causados por los rayos UV y prevenir quemaduras solares. De esta manera, se puede conseguir un bronceado natural y saludable.

Otro beneficio de los betacarotenos es que pueden mejorar la hidratación de la piel. Esto se debe a que pueden ayudar a fortalecer la barrera de la piel, lo que impide que la humedad se escape de la piel. Una piel bien hidratada es más suave y flexible, lo que ayuda a prevenir la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento.

Además de estos beneficios, los betacarotenos también pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de piel y mejorar la salud en general. Se ha demostrado que los betacarotenos pueden ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer de piel, así como también pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.

Hablemos de la luteína… ¿qué es?

La luteína es otro antioxidante importante que se encuentra naturalmente en alimentos como las espinacas y el maíz. La luteína es importante para la salud ocular, pero también tiene beneficios para la piel. Al igual que los betacarotenos, la luteína tiene propiedades antioxidantes que pueden ayudar a proteger la piel contra el daño causado por los radicales libres.

Además, la luteína también puede proteger la piel contra los efectos dañinos de la luz UV. La luz UV puede dañar la piel y acelerar el proceso de envejecimiento, pero la luteína puede ayudar a reducir los efectos negativos de la luz UV en la piel.

En conjunto, los betacarotenos y la luteína pueden ser una poderosa combinación para mantener la piel sana y protegida. Ambos tienen propiedades antioxidantes que pueden ayudar a prevenir los signos del envejecimiento y proteger la piel contra los efectos dañinos de la luz UV. También son esenciales para una piel hidratada y saludable.

En conjunto, los betacarotenos y la luteína pueden ser una poderosa combinación para mantener la piel sana y protegida. Ambos tienen propiedades antioxidantes que pueden ayudar a prevenir los signos del envejecimiento y proteger la piel contra los efectos dañinos de la luz UV.

Toma alimentos ricos en betacarotenos o complementos alimenticios que los contengan…

Tu piel y tu cuerpo te lo agradecerán


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¿Cuál es su composición?

  • Betacaroteno. Precursor natural de la Vitamina A. Mejora la distribución uniforme de melanina en la piel.
  • Luteína. Protege a la mácula y el cristalino de los rayos solares.
  • Licopeno. Reduce el estrés oxidativo y evita el envejecimiento prematuro.
  • Vitamina C, E y D3. Mejoran el sistema inmunitario y protegen frente al daño oxidativo de los radicales libres.

¿Cómo se toma?

Se recomienda 1 cápsula al día con un vaso de agua preferiblemente por la mañana a la misma hora.

    • Tomar 15 días antes de la exposición al sol.
    • Duración máxima del tratamiento: 3 meses.

No apto para embarazadas o en periodo de lactancia ni para niños.

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